martes, 18 de octubre de 2011

CULTURA TEOTIHUACANA

La cultura Teotihuacana se situó al Noreste del Distrito Federal, en un valle que forma parte de la Cuenca Central de México.  El clima que tenía dicha región era templado y semiseco en las planicies y subhúmedo en las elevaciones de los alrededores, lluvias de julio a septiembre y algunos lagos y cuevas que se utilizaban como centros de culto. Se puede decir, que la cultura teotihuacana se ubicó geográficamente en una posición privilegiada, pues gracias a ello, pudo mantener constantemente relaciones comerciales, religiosas y políticas con diversos pueblos. De esta manera Teotihuacán llegó a ser considerado el centro político, económico, cultural y religioso más importante de toda Mesoamérica.  El nombre de Teotihuacanos fue atribuido por los mexicas, pues creían que en esa ciudad los hombres se volvían dioses, por ello Teotihuacán significa “Ciudad de dioses”.
Cronología
Esta cultura prevaleció durante tres periodos cronológicos: Del 100 a.C. al 200 d.C., que correspondió al periodo formativo; del 200 d.C. al 450 d.C., conocido también como el periodo de auge o esplendor; y finalmente, del 450 d.C. al 700 d.C., periodo en el cual se suscitó la decadencia de la cultura dejando abandonada por completo la ciudad de Teotihuacán.
Primer Periodo (Formativo)
Durante el primer Periodo teotihuacano hay que resaltar que había pueblos asentados al sur del valle del México. Cuando el volcán de Xitle hizo erupción, dichos pueblos fueron arrasados, obligando a sus habitantes a atravesar el Lago de Texcoco y a establecerse al norte, mezclándose de esta manera con pueblos que residían ahí y dando origen con esta fusión a la cultura teotihuacana. Los pueblos del sur del Valle de México, específicamente, Cuicuilco, influyeron en la veneración del dios viejo del fuego, Huehuetéotl.
Religión
La religión en Teotihuacán ocupaba un sitio primordial y las deidades veneradas, relacionadas con el agua, la tierra y la fertilidad, entre las que destacaban Tláloc, el dios de la lluvia; Chalchihuitlicue, la diosa del Agua, y Quetzalcóatl, la Serpiente emplumada, manifestaban las preocupaciones religiosas básicas de los teotihuacanos y fueron representadas en esculturas, figurillas de barro y pinturas murales. El simbolismo religioso no sólo se manifestó en sus esculturas y en la ornamentación de éstas, sino que también lo manifestaron en sus prácticas funerarias. Los teotihuacanos preparaban  los cadáveres para su inhumación en forma de bulto mortuorio, envolviéndolos en mantas o atándolos y posteriormente los amarraban con fuerza para conservarlos flexionados. Esta tradición posiblemente se debía a una creencia mítico-religiosa: al depositar así sus entierros sobre la tierra, ésta era capaz de volverlos a engendrar; para este pueblo, como para los demás grupos mesoamericanos, la muerte no era más que el paso de una forma de vida a otra igual.
Los teotihuacanos enterraban a los muertos según su rango en cuevas, pozos de agua, oquedades cavadas en la tierra, cercanos a las pirámides o como ofrenda a las mismas, al interior de conjuntos departamentales y  en recipientes cerámicos (como podían ser los braseros). No sólo marcaban el rango del personaje de acuerdo al lugar donde éste era enterrado, sino que también mediante las máscaras funerarias. La ornamentación y diseño de dichas máscaras representaban el rango del personaje.

Economía
Respecto a sus actividades. En un principio la economía se basó en la agricultura complementada con la caza, la pesca y la recolección pero, tiempo después, hubo cambios sociales debido al incremento de la producción y al almacenamiento de los excedentes, dando por resultado tanto la división del trabajo y el intercambio comercial, como la centralización del poder y el asentamiento de la población, que culminó con la edificación del centro urbano. Durante la primera etapa se inició la construcción de sus templos, conocidos como “Pirámides del Sol y la Luna”.
Segundo Periodo (Auge)
El segundo periodo teotihuacano es considerado como el de máximo esplendor, debido a que fue en esta etapa cuando Teotihuacán se convirtió en el centro urbano más importante de Mesoamérica. El comercio se intensificó y creció impresionantemente a través del intercambio de productos con otros pueblos. Este esplendor de la ciudad, provocó en muchos casos, la envidia de otros pueblos, principalmente de aquéllos pueblos bárbaros que vivían fuera de Mesoamérica. Para defenderse de esas agresiones, los teotihuacanos tuvieron la necesidad de contar con un ejército debidamente entrenado, no para atacar, sino, para defenderse de los posibles ataques.
Teotihuacán tenía sistemas para el aprovisionamiento del agua del subsuelo y la captación de lluvia; drenajes, talleres artesanales, conjuntos habitacionales, mercados, calles, templos, palacios, un gran centro ceremonial y barrios donde vivían los integrantes de otros grupos mesoamericanos que se habían trasladado a esa ciudad. La construcción de las grandes edificaciones fue posible debido a la numerosa mano de obra existente y a la presencia de la clase sacerdotal que además de realizar ceremonias y rituales, organizó el trabajo y controló el poder político, administrativo y económico, quedando establecida la estratificación social y la división de las labores productivas. En suma, la jerarquización social quedó de la siguiente manera:
-          Sacerdotes y militares
-          Agricultores
-          Artesanos
-          Constructores
-          Comerciantes locales
-          Barrios
-          Esclavos
Entre otras de sus actividades se pueden encontrar el tallado en hueso y concha, el comercio o intercambio (trueque), la alfarería, la lapidaria, la escultura, la pintura y el tejido de prendas de vestir.
En este periodo la ciudad se expandió, se construyeron nuevos edificios de gran majestuosidad como fue el templo de Quetzalcóatl. Además se concluyeron otras zonas, entre ellas la plaza que rodea a la Pirámide de la Luna.
Arquitectura
Respecto a su arquitectura, los teotihuacanos utilizaron el sistema constructivo de tablero – talud para cubrir sus edificios. Este sistema consistía en comenzar la constricción con una superficie inclinada (talud) y colocar encima de ésta una superficie rectangular y plana (tablero) y de esta manera se iban intercalando los dos tipos de superficie. Esta técnica se difundió por toda Mesoamérica. Los materiales básicos de construcción eran de origen local. Se trituraban las rocas volcánicas de los afloramientos del valle y se mezclaban con tierra y cal para obtener una especie de hormigón resistente a la humedad que se utilizaba en las cimentaciones de los muros, que se hacían de adobe o de piedra sujeta con mortero. Entre sus construcciones más importantes destacan: Los templos del Sol y la Luna, La Calzada de los Muertos, El templo de Quetzalcóatl y la Ciudadela.
Templo del Sol
El edificio más grande de Teotihuacán es, sin lugar a duda, la Pirámide del Sol. Mide 225 metros por cada lado y tiene una altura de 65 metros, sin tomar en cuenta un templo que remataba la parte superior donde había un ídolo de piedra que, durante la Colonia, el arzobispo Zumárraga ordenó derribar.; su altura es equivalente a un edificio de más de 25 pisos. El volumen total es casi de un millón de metros cúbicos de tierra, convirtiéndola en una de las obras de arquitectura prehispánica más grande de toda Mesoamérica. Originalmente se compuso de cuatro cuerpos. Esta gran estructura está hecha con grandes bloques de tepetate relleno de tierra y adobe que dan forma al núcleo que después se recubrió con tezontle.
Fue edificada en dos etapas: entre 0 y 200 d.C. se hizo la gran masa piramidal y, más tarde, la pirámide que cubre la escalera central de la fachada oeste, que tiene igualmente cuatro cuerpos tablero-talud.
En los años 70 se descubrió una cueva natural al centro de la escalera, con un pasaje, que se prolonga alrededor de 100 m hasta el centro de la pirámide, finalizando en cuatro cámaras, lugar donde se encontraron diversos objetos arqueológicos. ¿Qué representa la cueva para el hombre prehispánico? Sabemos actualmente que la cueva tiene dos aspectos simbólicos fundamentales. Por un lado significa la entrada al inframundo, al lugar de los muertos. Por otro, es la matriz que puede parir pueblos y, por lo tanto, dar vida.
Durante las diversas exploraciones realizadas ahí, se destaca el hallazgo de entierros infantiles asociados con las esquinas del edificio, una práctica ideológica repetida en otras regiones de Mesoamérica y fuertemente asociada al dios de la lluvia: Tláloc, dios de las aguas celestes. Está pirámide representa para los prehispánicos  un cerro sagrado que contiene agua en su interior, además de simbolizar el centro del universo.
Templo de la Luna
Se levanta en la parte norte de la ciudad y su contorno imita al del Cerro Gordo, llamado en náhuatl Tenan, que significa “madre o protector de piedra”. Es la edificación más grande de Teotihuacán después de la pirámide del Sol. La Pirámide de la Luna cubre una estructura más antigua y tenía ya ese perfil desde la etapa que va de 0 a 200d.C. Entre 200 y 450 d.C., se le unió la estructura de cuatro cuerpos tablero-talud frente a la escalinata que da a la  Calzada de los Muertos. Dicha estructura tenía una plataforma en la parte superior que sirvió para realizar ceremonias en honor de Chalchiutlicue o Chalchihuitlicue, la diosa de las aguas terrestres y también relacionada con la luna.
Recientes excavaciones y estudios que se han hecho en este monumento han revelado que la práctica del sacrificio también era ejercida por este pueblo, puesto que los hallazgos fueron grandes ofrendas que incluían seres humanos sacrificados junto con animales y cientos de artefactos de cerámica y lítica. Algunos esqueletos se encontraban con las manos amarradas, decapitados y en algunos casos cuerpos ataviados o enteros.
Calzada de los Muertos
El desarrollo de Teotihuacán fue debido a las grandes obras de infraestructura urbana llevadas a cabo por los habitantes. La Calzada de los Muertos o Miccaotli en náhuatl, es el eje Norte-Sur de la ciudad. En su límite norte se encuentra la Plaza de la Luna. Dicha calzada corre a lo largo de 2km entre la Ciudadela y la pirámide para prolongarse hacia el sur por otros 3 km. Su nombre puede tener varios orígenes, sin embargo, algunos estudiosos la llaman así porque se pensaba que debajo de la misma había tumbas. Por otro lado se cree que cuando los aztecas llegaron a la desocupada ciudad de Teotihuacán, pensaron que los monumentos, templetes o plataformas que están a los lados de todo lo largo de dicha calzada eran tumbas, por eso la llamaron la calzada de los muertos.
Este eje de 40 m de ancho era interrumpido por el Cuadrante de la ciudadela y la edificación del Gran Conjunto, lugar donde se alojaba el mercado; en tanto que las calles paralelas a la calzada sirvieron para separar a la ciudad en barrios y zonas suburbanas que se desplegaban hacia los cuatro puntos cardinales. Perpendicular a la Calzada de los Muertos y en el centro de la ciudad corre la Calzada Este-Oeste que divide a la ciudad en cuatro cuadrantes. A partir de ambas calzadas, el trazo urbano se realiza de manera que las calles y la orientación general de todos los edificios queden paralelos y perpendiculares a las mismas.

La Ciudadela
Fue un antiguo centro ceremonial y la sede del gobierno Teotihuacano. Está conformada por un gran cuadrángulo al que los primeros españoles que visitaron el lugar llamaron “Ciudadela”, por parecerles una fortaleza, debido a la edificación central o “castillos” a cuyo alrededor se extiende una muralla con un acceso escalonado que encerraba la plaza. Exploraciones recientes comprobaron que el edificio era el Templo de Quetzalcóatl y que la “muralla” estaba formada por  plataformas de 7m de altura con estructuras piramidales en la parte superior.
Los estudios también enseñaron que esas estructuras contaban con templetes en los que se realizaban festividades y ceremonias. En investigaciones más recientes se descubrieron dos estructuras colaterales al Templo de Quetzalcóatl, que parecen haber servido como alojamiento para los miembros de la clase gobernante. 
Templo de Quetzalcóatl
Este monumento fue levantado en dos épocas diferentes. En la primera se hizo la estructura decorada con alto y bajo relieves en los tableros y taludes de los siete cuerpos del templo, construidos entre los años 1 a 200 d.C., y en su decoración, destacan las esculturas de serpientes emplumadas, posiblemente simbolizando al mismo Quetzalcóatl, alternando tanto con  la representación de dios Tláloc, como con la del mítico cipactli  o cocodrilo que simboliza la fusión de la tierra y el agua o la tierra fértil. Los teotihuacanos retomaron a la deidad Quetzalcóatl de la cultura olmeca “la cultura madre”, y le dieron el mismo significado que los olmecas. Para ellos representaba la conjunción de la tierra y las aguas que emergían de ésta, con las aguas que caían del cielo. La serpiente representaba lo terrestre mientras que las plumas representaban las aves y el cielo.
La segunda construcción, perteneciente a la etapa que va del 200 al 450 d.C., cubrió completamente la fachada donde estaba colocada la escalera y también los  relieves de los cuerpos de los lados.
Durante la realización de nuevas exploraciones se hallaron entierros de guerreros sacrificados a manera de ofrenda, pues se encontraron con las manos atrás del cuerpo como si hubieran estado amarradas,  acompañados también con figurillas antropomorfas, objetos de obsidiana, orejeras de piedra verde, collares de cuentas de concha y otras ornamentaciones.
Decadencia
A partir del año 700 d.C. comenzó la decadencia y el paulatino abandono de la ciudad que, para el siglo siguiente, se encontraba totalmente vacía y rodeada solamente de algunas aldeas. No se sabe con exactitud qué fue lo que provocó este derrumbamiento, aunque existen varias hipótesis al respecto: la presencia de una hambruna ocasionada por sequías que obligó a los habitantes a emigrar; una intensa lucha por el poder que dividió a la clase dominante; la invasión de otros grupos provenientes del norte (quienes trajeron consigo la práctica del canibalismo, así como la costumbre de los sacrificios humanos, pues ellos creían que el sol se alimentaba con sangre humana) y la sublevación del pueblo contra sus dirigentes, o bien una combinación de algunos de estos acontecimientos.
En este periodo el proceso constructivo continuó, pues se construyó, muy cerca de la pirámide de la Luna, el templo de Quetzal-Papalotl. Algunas casas del barrio Tepantitla se decoraron con pinturas o murales en los que se representaban escenas de sacerdotes y dioses ataviados, animales fantásticos y escenas de un mundo imaginario, el paraíso de Tláloc, el Tlalocan.
Después de su caída Teotihuacán se convirtió en un sitio de peregrinación para otros pueblos posteriores, como los mexicas, que iban a hacer allí ceremonias a los dioses, pues según la leyenda en ese lugar se había creado al Quinto Sol, que alumbraba al mundo en el que vivían los herederos de la cultura teotihuacana.

Conclusiones
¿Qué podemos rescatar de todo lo anterior y qué son aspectos importantes de esta cultura? Un tema largo y una cultura clave en el desarrollo de Mesoamérica. Fue tal su importancia que se llego a considerar el centro urbano más prestigioso de Mesoamérica.
Teotihuacán en sí, no tuvo ese nombre desde sus inicios. En realidad, ni siquiera se sabe de cómo eran llamados sus pobladores. El término “teotihuacanos” fue atribuido por los mexicas. (La razón fue expuesta anteriormente.)
Algo que es necesario destacar de esta civilización es que su ciudad fue construida bajo reglas estrictamente simétricas. Se puede notar que su ciudad estuvo dividida en dos ejes, que, a su vez, dividieron a la ciudad en cuatro cuadrantes, y esto da pauta a hacer una analogía con un plano cartesiano. Un dato curioso es que se cree que en esta cultura el valor de “pi” (3.1416…) ya era conocido, puesto que intentando obtener el volumen de la pirámide del Sol se encontró que utilizando dicho valor, se obtenía dicho dato. Por otro lado, la forma de orientar sus construcciones, la retomaron de la cultura olmeca. En suma, la cultura teotihuacana estuvo ligada con las matemáticas y por lo que se puede notar, heredaron conocimientos de la “cultura madre” que aplicaron de madera constante en su arquitectura.
En cuanto a su religión, le dieron un carácter simbólico, esto es, al igual que los olmecas, veneraban a los elementos de la naturaleza, principalmente el agua y la tierra, dándoles a éstos forma. Dicho de otra manera, los elementos eran atribuidos a dioses y éstos eran representados mediante esculturas, principalmente.  Los dioses con más peso en esta cultura fueron: Quetzalcóatl, Chalchiutlicue, Tláloc y Huehuetéotl. Todos ellos representaban la preocupación del pueblo por tener abundancia de agua, de cultivos y por ende, fertilidad. Mediante la religión también manifestaron la idea de que la muerte no era más que le paso de una forma de vida a otra. Y esto es posible ver en la creencia que tenían durante y después de sus ritos funerarios.
La ciudad estuvo caracterizada por contar con una organización  y/o estratificación social basada en actividades y ocupaciones. Siendo así que los sacerdotes contaban con mayor rango  junto con los militares; al final de la estratificación se pueden encontrar a los esclavos.
Para finalizar, el sistema arquitectónico talud-tablero es un rasgo que es indispensable destacar de esta cultura, puesto que fue una técnica que heredaron a los demás pueblos mesoamericanos; y que éstos retomaron pero dándole un estilo particular. En las construcciones que hasta la fecha se conservan de diversas culturas, es posible observar dicha técnica arquitectónica. No sólo es lo único que conservamos, sino que también hay ritos, ceremonias o rituales que actualmente se siguen practicando. Tal es el caso del Equinoccio de Primavera teotihuacano, ceremonia en la cual se cree que el Sol, como fuente de energía,  propicia a una renovación o purificación,  y que lo que se da, es un “cambio de piel”. Por tal razón es que Teotihuacán es una ciudad que esconde diversos misterios y secretos, que hasta la fecha no han sido resueltos del todo. Fue una ciudad mítica y majestuosa,  que los mismísimos aztecas la consideraron hecha por los dioses.
Bibliografía:
-         - Herrera Pineda, M. (2009) Historia de México en mapas conceptuales. 3ª Edición. México
- -Jorge Hernández Salmerón. (2011) Historia de México. [En línea] disponible en: http://www.wix.com/edemsnabijo12/historiamexicoepo100#!__culturas
-         - CONACULTA (2010) Teotihuacán Historia, Arte y Monumentos. México.

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